Creo que ser un buen profesor de secundaria es un reto increíble para cualquier persona ya que de entrada los alumnos están en esa edad en la que van a querer llevarse mal contigo. Se dice que en la sala de profesores suele haber buen ambiente pero cuando estas a solas frente a un grupo de adolescentes es mejor que tengas las ideas bien claras si quieres salir airoso de la situación.
En clase hemos visto el modelo de profesor ideal y hablamos de las dos formas de ser un profesor, ya sea laxo o disciplinado. En este punto se planteó la pregunta de ¿que tipo de profesor te gustaría ser? sin duda es una pregunta que seguro que todos nos hemos hecho mas de una vez. Y seguramente la gran mayoría de los futuros profesores sin pensárselo dos veces dirán: "ni lo uno ni lo otro, una mezcla" y sin duda será la respuesta correcta pero la pregunta correcta sería "¿será posible ser en la clase como tenías pensado ser?" esa es la pregunta que yo me hago más frecuentemente ya que puedes plasmar en el papel muchas actividades y actitudes frente a una clase, pero a la hora de la verdad, ¿serás capaz de llevarlo a cabo?
Esta es una profesión complicada ya que en mi opinión un buen profesor, el tipo de profesor que me gustaría ser, sería atento con sus alumnos, que los escuche y que le escuchen, que cuente cosas interesantes para la vida de los estudiantes (y las ciencias naturales en mi opinión son muy interesantes, aunque claro mi opinión no es demasiado objetiva), que sepa despertar el interés con métodos de contar experiencias propias, e incluso conocer los intereses de los propios estudiantes ya que es una buena forma de llegar a ellos. Y sobre todo, es una oportunidad de cambiar el mundo en el que vivimos. Un profesor con pasión por lo que hace puede transmitir a los alumnos un pensamiento crítico, un pensamiento mediante el cual se planteen el mundo en el que viven, las cosas que pueden cambiar y las que no, que sean pensadores, que filosofen sobre todo lo que ven y oyen.... y la adolescencia es una edad perfecta para esto.
Yo personalmente he tenido experiencia impartiendo clases de español a alumnos de secundaria en dos institutos franceses. Los nervios del primer día, las clases que no salen como te esperas y tienes que improvisar, el quedarte corto con la explicación y te sobre parte de la clase o el correr porque aún tienes cosas que explicar y se te acaba el tiempo. Fueron muchas las sensaciones, pero algunas incluso fueron positivas. Ya que conocí a alumnos estupendos que estoy seguro de que serán unas personas geniales y desde aquí les agradezco que me hicieran fácil los momentos en los que sin que nadie lo notara tuve dudas.
Es fácil decir ahora como quieres ser cuando seas un profesor de verdad, pero lo realmente difícil es llegar a ser como pensabas de joven que serías, de hecho, un buen ejercicio para mí y para todos mis compañeros sería leer en el blog que escribieron mientras eran estudiantes de profesores cómo querían ser cuando sean profesores. Es fácil decir lo que quieres ser, lo complicado es llegar a serlo y peor aún mantenerlo. Ya que como norma general todos los profesores empiezan con mucha ideas nuevas y revolucionarias, con muchas ganas pero es común que esto no se mantenga mucho tiempo ya que la profesión puede hacer mella. Sin profundizar más diré: que yo intentaré ser un gran profesor y nunca perder las ganas de mejorar este mundo. ¡Ojalá lo consiga!
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